La magia del folk con ropaje de jazz
Haizea Martiartu, la joven saxofonista de
Markina, adapta a las formas del jazz varios clásicos del cancionero popular
vasco (desde las melodías más tradicionales a las de Oskorri o Mikel Laboa), en
este, su disco de debut. ¿Nada más? A decir verdad, sí y no. Por un lado, esa
es la esencia del disco, así de clara y simple, y si nos dejamos llevar por los
prejuicios pensaremos que no se trata más que de un curios y efímero pasatiempo
que apenas deja algún poso. Pero el resultado no es el que cabría esperar desde
esa perspectiva, ni mucho menos. Nos hallamos ante la expresión artística muy
personal de una persona que ha transpirado esas canciones por todos los poros
de su piel. Esa es la única manera de concebir la asombrosa y peculiar fluidez
con la que surgen y se entrelazan las melodías. Con esa aparente facilidad que
sólo los grandes talentos son capaces de sugerir, el saxo de Haizea dibuja
tonadas familiares en el aire en un primer instante. Pero en el momento menos
esperado, las descompone en un tapiz de multicolor de enorme belleza. Nos
deleitamos admirándolo y cuando nos sentimos ya en un espacio muy distante,
completamente olvidados ya del punto de partida, vuelve de nuevo esa conocida
melodía. Pero a lo mejor no, ya no es la misma melodía, ya no podemos
escucharla de la misma manera. Como si se nos hubiera dado la posibilidad, por
una vez, de observar la cara oculta de la luna, aquellas canciones que creíamos
tan conocidas, nos parecen ahora extrañas, nuevas y más ricas en matices que
nunca. Gracias a la magia de Haizea.
Si te preguntas de dónde ha salido esta
hechicera, te contaremos que Haizea Martiartu nació en Bilbao en 1991 y que
empezó su andadura musical en la banda municipal de Markina-Xemein, animando
fiestas y eventos populares. Allí desarrolló para siempre esa querencia por las
danzas y cantos populares. Y no solo las de aquí, también e impulsada por su
curiosidad insaciable y comprendiendo que las raíces y las conexiones de la
música superan todas nuestras fronteras, las del jazz de Chicago y de New
Orleans. Así fue cómo llegó a la escuela ESMUC de Barcelona para terminar su
carrera de saxofonista y poder desarrollar plenamente la diversidad de su
visión. “Me llevé una gran sorpresa al acabar la carrera. En aquel momento me di
cuenta de que mis composiciones, a pesar de que siguiendo las enseñanzas
armónicas de la escuela se suponía que eran jazz, tenían un aire de zortziko,
de todas aquellas piezas que interpretaba en la banda de mi pueblo. Así fue
como concebí este homenaje a las músicas de mi tierra”
Como claro exponente de ese camino,
Haizea ha bautizado con el nombre de “Folketik Jazz Ensemblera” este
maravilloso disco. Combinando composiciones propias con clásicos eternos como
“Aldapeko” o “Agate Deuna”, Haizea ha contado con la colaboración de 9 músicos
en su preparación: Lucia Fumero (piano) Sergio del Campo (flauta travesera y
pictolo), Joan Mar Sauque (trompeta), Julio Marín (clarinete soprano y bajo),
Jofre Alemany (saxo tenor), Eneko Urrestarazu (trombón), Carla González
(contrabajo), Pol Ribó (batería).
Vanguardia, tradición, popular,
universal, jazz cósmico o simple y llano zortziko…. Olvidemos las etiquetas. En
una palabra, magia.