Grabado en Barañain en los estudios “La nabe” de Sustraian records por Mighty Marty y Diego Ramos, mezclado en Bird & Cage por Moisés No duerme, masterizado por Ibon Larruzea en los estudios Euridia. “Txertaketa” está producido por los propios Broken Brothers Brass Band y The Sustraians y supone el cuarto y último trabajo de esta banda navarra que desde 2006 ha conjugado la tradición y sus raíces no solo con la música de Nueva Orleans sino también con el Funk, el Jazz, el Soul o la Charanga. Liderados por el trompetista Ion Celestino han participado en la grabación Mario Diaz de Rada (trompeta), Iñaki Rodriguez (saxo barítono), Adrián Fernandez (trombón), Miguel Moisés (trombón), Eneko Urrestarazu (trombón), Alfonso Areta (sousafón), Juanpe Medrano (sousafón), Daniel “Monstruito” Lizárraga (pandereta, tabla, tambor), Gorka Gaztambide (tambor), Jon Uribeetxeberria (bombo) además de contar con Nerea Erbiti, Terela Gradín y Sivia Pérez en las partes vocales y un nutrido grupo de colaboradores. Fundamentalmente militantes en diversas formaciones jazzísticas, populares y/o de vanguardia. La formación se presenta desarrollando y compaginando el directo de calle con potentes conciertos de escenario.
Desde el comienzo se puede respirar el aroma a second line que nos acompañará a lo largo de este trabajo, entroncando con la más pura tradición vasca en “Agur Jaunak” y “Monstruito special” para visitar terrenos cercanos al jazz en “Greba Mugagabea” y vuelta a la calle con “Martin & Marcella. “Xuri Guztiaz ez dira irinak” mantiene el espiritu inquieto de la banda a través de rap interpretado en euskera y castellano. La banda camina entre el jazz y el funk en la versión de Dut “Ezjakintasunaren kateak suntsitu” y nos transporta a Africa en “Elhadji Ndiaye”. “Estamos del otro lado” y “Geure Gainetik” nos vuelven a traer de nuevo el aroma a Mardi Gras por las calles de Iruña para acabar tal y como había empezado este viaje “Agur Jaunak” que podría ser tanto una bienvenida como una despedida. “Txertaketa” suena a desfile por el “French Quarter” pero suena a funk y a jazz, suena a banda que reivindica, que cuenta cosas y denuncia el aburrimiento para instarnos a bailar en la calle y disfrutar independientemente de dónde se sea o el idioma que se hable.
Nadie podría establecer a priori demasiados paralelismos entre Nueva Orleans e Iruña pero en realidad bastaría tan solo con fijarse en la inquietud cultural de ambas y el amor compartido por la cultura de calle. Dos ciudades tan lejos y tan cerca, ciudades vivas que destilan música y con un nexo común, Broken Brothers Brass Band. Muestra importante de lo que sucede actualmente en Pamplona y cuya onda se expande sin remedio.