Errabal, la discográfica que salió de un bar

Iturria: El Correo

Eguna: 27/08/2024

El sello de Soraluze sigue trabajando en el jazz vasco y español, como certifican sus últimas cinco referencias, de Moebius, Eric Surmenian, Mikel Gaztelurrutia, Raúl Sainz de Rozas y Xabi Olkoz

Oscar Cubillo

Una de las discográficas de jazz más activas y prolíficas de toda España tiene su sede social en Soraluze, Gipuzkoa. Se llama Errabal y brotó como una rama del sello independiente más roquero Gaztelupeko Hotsak, a su vez surgido del bar Gaztelupe, de Soraluze, porque a sus responsables, Ubane y Xarra, se les quedaba corto lo de pinchar buena música y organizar conciertos hosteleros. El bar este año ha pasado a otras manos, y la pareja, además de editar discos, organiza conciertos y ciclos de jazz y blues en localidades cercanas (Amorebieta, Ermua…), así como el cartel del festival de Soraluze Blues Hotsak, que en su quinta edición, este noviembre, contará con Juan Perro.

El catálogo de Errabal supera ya la centena y media de referencias, de CDs. Ahí caben obras del pianista de Gorliz afincado en Andalucía Jon Urrutia, de los hermanos bilbaínos instalados hace décadas en Barcelona De Diego Brothers, de los gallegos Sumrra (que hace poco acompañaron a Niño de Elche en el mejor concierto que le hemos visto, el del Festival de Jazz de Vitoria), de los pianistas guipuzcoanos Iñaki Salvador (antaño mano derecha de Laboa) y Joserra Senperena (un Fitipaldi más en muchas giras de Fito), del pianista mirandés Adrián Royo (cuyo debut en solitario, ‘Pangea’, lo elegimos como lo mejor del año 2023), de los bilbaínos Xahu, o de varios de los ganadores del concurso de grupos europeos del Festival de Jazz de Getxo. Además, Xarra se acuerda de otros lanzamientos: «Hay que tener en cuenta a otros artistas como RS Faktor que es el grupo liderado por el trompetista mirandés Rubén Salvador, el baterista gallego Hilario Rodeiro, el Nevermind Trío que ya lleva cinco discos publicados…».

A continuación consignamos las últimas cinco referencias de Errabal, las numeradas entre el 159 y el 163:

Mikel Gaztelurrutia Trío: ‘Black on white’ (ER163): El pianista eibarrés, nacido en 1970 y licenciado en piano por el Conservatorio Superior de Barcelona, es docente, compositor y participante en varios grupos (The New Jazz Voices Ensemble, Brazilian Sextet…). En este su tercer disco se hace acompañar por el baterista baracaldés Aritza Castro (va con el blusero Ibai García, toca en la banda municipal, es músico de sesión…) y el contrabajista aragonés Javier Callén.

‘Black on white’ se abre con el neotradicionalismo que destaparon los pianistas Emmet Cohen y Brandon Goldberg en el pasado festival de Jazz de Santander (‘Every day life’), se arrima a los atisbos de fusión de Chick Corea y Herbie Hancock (‘Night hunter’), la clásica brota en vaivén (‘Tea in the Sahara’) y con virtuosismo (‘Moon flower’), se nota alguna abstracción escandinava (‘Doors’), y hay minimalismo (‘Roadless travel’) y relax after hours (‘Nana para un adulto’).

Eric Surmenian: ‘Marée base-Itsas behera’ (ER162): Además de pintor, es contrabajista este lacónico y misterioso contrabajista nacido en Francia en 1973 y residente en Euskadi desde 2016. Estudió jazz y clásica en los conservatorios de Marsella y Ámsterdam, tiene fama de buen improvisador (pero su free jazz no resulta chocante, es siempre delicado, ¿eh?), y su último álbum se titula ‘Marea baja’ y, según la hoja de promoción, es «una reflexión sobre el devenir del mundo acuático amenazado por la contaminación, una obra sonora que Eric Surmenian desarrolla a través de su música para contrabajo, su texto y la danza contemporánea de Araitz Lasa». Es un disco de contrabajo en solitario que nunca se hace pesado.

Este proyecto, puesto en marcha por el Aula de Cultura de Getxo, se basa en el contrabajo de Surmenian, quien expande y multiplica su instrumento mediante loops. El disco es una inmersión Intimista e introspectiva (la bonita intro ‘Marèe basse’), reflexiva hasta lo explorador (‘Barinatxe maitea’), que marcha por el espacio abierto de las bandas sonoras y que revela el arraigo de la clásica y la modernidad de lo étnico. Sirve como banda sonora de ciencia ficción espiritual hasta el infinito y más allá (‘Itsasoan bizitza sortu zen’, el final de ‘Lágrimas de ballenas’), trae ecos de oriente con poso minimal (‘Eau de source’) y la melancolía del klezmer (‘Boston D Plotystes’), y osa con prospecciones de música contemporánea (‘Ría sucia’, el principio de ‘Lágrimas de ballenas’).

Moebius: ‘Tejidos’ (ER161): Este es el segundo álbum de un grupo sostenido sobre dos saxos: el tenor del barcelonés Gianni Gagliardi, formado en Ámsterdam, París y el Berklee de Boston, y el alto del abulense Roberto Nieva, licenciado en Musikene. La nota promocional, que usa con tino el adjetivo ‘cosmopolita’, destaca la ausencia de armónicos en este cuarteto de melodías lúdicas, arriesgadas pero no agresivas, hábil en la sugestión bailonga y que idea títulos tipo ‘Fuga. Ornette at the shelter’ (por Ornette Coleman), ‘La queja cae en el vacío’, o el homónimo ‘Moebius’, que sirve para abrir de modo cromado a lo Brecker Brothers (que tocaban saxo tenor y trompeta, ya).

Xabi Olkoz 4et: ‘Eguzkilore’ (ER160): El baterista navarro Xabier Olkoz imparte clases de percusión y batería en Etxarri-Aranaz, Irurtzun, Irunberri y Garinoain, y en su currículo caben su estancia en la Txaranga Malatxo y en la orquesta En Esenzia, el acompañamiento del cantante invidente Serafín Zubiri, o la militancia en el grupo funk Superacid. En ‘Eguzkilore’ reúne siete originales dedicados cada uno a un personaje mitológico navarro: ‘Gaueko’, ‘Mari’, ‘Ilargi’, ‘Ekhi’, ‘Amalur’, ‘Eguzkilore’ y ‘Ortzi’. El saxo de Jon Zufiaurre, su compañero de estudios y ahora también músico de Iseo & Dodosound, es el que más destaca en un cuarteto que pasea por un jazz folklorista de anclaje canónico que puede llegar a inspirarse en los zortzikos, aunque también hinca el diente en el bop.

Raúl Sainz de Rozas: ‘Nine, nine, nine’ (ER159): Pionero del jazz en Euskadi, pues figuró en los grupos Infussion y Pork Pie Hat allá por los 80, el bilbaíno Raúl Sainz de Rozas, profesor en la escuela Andrés Isasi de Las Arenas, tras más de cinco décadas de guitarrista debuta a su nombre con el disco ‘999’ o ‘Nine, nine, nine’ (Errabal, 24), un repertorio reposado, con reflejos de sus referentes Pat Metheny (‘Diciembre’), Joe Pass (‘Olga decir’ y ‘Lord Castle’, éste dedicado al propio maestro Joe Pass, quien dio clases al bilbaíno) o Django Reinhardt (en el swing manouche ‘Al faro’), y con estilos como el blues, la samba, la fusión, lo étnico, la vanguardia y la guitarra clásica de Granados y Albéniz en ‘Vals de las nubes calladas’.

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