Homenatge a les Grans Dames del Blues

Los guitarristas Pep Cachazo y Toni Pedrol  y la cantante Ana Ramallo (en sus orígenes Anna Cannals) son los responsables del proyecto y así se expresan:

No ha sido un trabajo pensado para hacer un resumen de las canciones más representativas o influyentes sino que nos hemos dejado llevar por aquellas canciones que más nos han llegado.

Las acuarelas que se exponen en el disco han sido especialmente hechas por Pol Borràs, quien las ha cedido amablemente para incluirlas en este trabajo.

Nuestro espectáculo comienza con un viaje a través del tiempo y del blues que nos conduce a la década de los 20, una época en la que el blues era una música rural que se hacía y se cantaba en locales de baja estofa pero que tenía un éxito importante entre la población negra del momento. A partir de 1929, con la llegada de la Gran Depresión, este estilo fue cayendo en picado, pero algunas voces han conseguido sobrevivir a lo largo del tiempo.

Las mujeres de las que hablaremos solían empezar su infancia cantando gospel en las iglesias evangelistas de sus pueblos. El gospel, en aquellos momentos, era considerado como la música que acercaba la comunidad negra a Dios. Si tenían éxito, en su adolescencia decidían dedicarse a la música y pasaban a formar parte de pequeñas compañías de teatro ambulante que se dedicaban a los vodeviles y a representar comedias de poco prestigio para divertir a la comunidad negra. Muchas veces, cuando acababa el espectáculo, el público les pedía que cantasen algún blues y parece que, poco a poco, este estilo iba calando en ellas hasta que se volcaban plenamente en él.

 

Muchas de estas damas a quien hacemos homenaje en este disco tenían unos orígenes muy humildes pero acabaron siendo cantantes conocidas que vendieron discos y se convirtieron en mujeres adineradas que solían tener encuentros excesivos con los vicios y atropelladas vidas sentimentales que hacían tambalear todo aquello que habían conseguido a base de esfuerzo.

A diferencia de los bluesmen de la época (que iban recorriendo el sur de los Estados Unidos como auténticos vagabundos con una guitarra y una armónica como único acompañamiento), las pioneras del blues solían estar acompañadas de buenos músicos que provenían del mundo del dixieland, de modo que su estilo resultaba mucho más sofisticado.

A partir de los 30, empiezan a surgir otros estilos que ya existían y que se van imponiendo por encima del blues (jazz, swing, …), de modo que muchas de estas mujeres quedarán injustamente en el olvido por mucho tiempo. Algunas, como Bessie Smith, Ma Rainey o Victoria Spivey, entre otras, llegaron a trascender lo suficiente para influenciar a las cantantes de las nuevas generaciones  (Billie Holiday, Ella Fitzgerald, …) que se hicieron dueñas de estos nuevos estilos y tuvieron que afrontar nuevas dificultades.

Hoy en día, el blues no es una música multitudinaria pero sigue teniendo sus fieles adeptos y sigue creciendo y evolucionando. En este sentido, hemos querido recoger en este viaje a una representante femenina actual que es un referente dentro del blues en nuestro país y que también es fuente de inspiración para nosotros: Big Mama.

Por el camino, nos hemos dejado tantas cosas por explicar que ¡a lo mejor nos hará falta otro homenaje!

Los historiadores y musicólogos reconocen tres figuras ineludibles dentro de este mundo que hemos descrito: Bessie Smith, Ma Rainey y Victoria Spivey. Pero hay otras también importantes  que han pasado más desapercibidas. Nosotros hablaremos de algunas de ellas, las que más nos han influenciado o calado por su historia o por su repercusión,  pero somos conscientes de que nos dejamos a una grandísima parte de las pioneras por el camino.