El disco más político de BBBB es una fiesta
BBBB: QUE LO CONCRETO SUPERE A LO ABSTRACTO
Antes de
la revolución de octubre, en julio de 1917, Lenin publicó un texto antológico
en un panfleto del partido ELASD de Kronstad: Sobre los eslogan. En dicho texto Lenin defendía que el eslogan
publicado el 27 de febrero del mismo año, Todo
el poder a los soviets!, había perdido su actualidad a partir del 4 de
julio. Que aquel eslogan no se podía
repetir más. Pero no han sido pocas las consignas, lemas y estrategias que se
han mantenido en el tiempo no solo durante cinco meses sino durante largas
décadas: cuando las situaciones han cambiado radicalmente. También el éxito de
un artefacto cultural debe estar relacionado con ello: cuando las situaciones
cambian no se pueden dar las mismas respuestas. No se puede hacer punk-rock de
la década de los 80 en la década de 2010 y pensar que se quiere revolucionar el
mundo, la Unión Soviética no existe, los aviones de la OTAN lanzan fuego en las
Bardenas, el derecho a la vivienda parece un lujo, y da la impresión de que el
lujo no puede ser reivindicado en clave de emancipación (pero nosotros queremos
un panderetero en nuestra banda), han recortado los horarios de las
bibliotecas, todos los ritmos de las fórmulas de radio son binarios, y las
gentrificaciones hercianas en las que se basan las alternativas a las fórmulas
de radio no son musicalmente más ricas o comunitarias: combinan el esnobismo
con la falsa apatía.
Este es
el primer disco de la Broken Brothers Brass Band. Esta realizado como si se
tratara del primero porque se trata de una repetición. BBBB no tiene nostalgia:
ha tragado suficiente celulosa para conocer hoy Nueva Orleans y ayer Nueva
York, tiene instalado el sistema operativo de Angela Davis. No cree en las
épocas doradas. Se le han agotado las energías utópicas, aunque como los héroes
resignados la banda ha aportado su entusiasmo y presencia en las
transformaciones que en los últimos años se han plasmado en la comarca. Y ya ha
aprendido que la música no se puede desarrollar bajo la dictadura de los radio edit. Que su función consiste en que suenen
disonancias en el ensanche urbano, en la ribera del río, en los espacios autogestionados,
que la gente baile. Que se dispersen en las anatomías los ritmos y harmonías
jamás escuchadas. Porque es música lo que la comunidad hace para la comunidad:
sin la intermediación de los multinacionales, sin electricidad, para críos y
los que van en silla de ruedas. Que la música es amplia, y que a veces necesita
siete minutos para contar una historia de amor-odio de Nafarroa respecto a un ex
lehendakari. Si la música –tal y como
dijo aquel ex parlamentario que en TV3 se vistió con una camiseta en la que se
leía Quisiéramos cambiar todo esto– pretende ser «el hacker de lo
imposible en tiempos del capitalismo senil» no puede negarse a la realización
de cuantas alusiones melódicas se pretendan, no puede negarse al uso de la
palmada como instrumento de percusión, no puede negarse a celebrar cuantas
veces quiera Joan da Yolanda (Yolanda
se ha ido) –un tema que no está en el disco pero que se toca en el mismo–. Los
historiadores hablan de lugares de memoria, este disco está lleno de lugares de
melodía.
No hay
contradicción entre la teoría y la práctica: el carpintero lo sabe, el
fontanero lo sabe, y el profesorado de enseñanza primaria también. Sin teoría
la práctica es una repetición de la hegemonía del lado oscuro. El compositor altsasuarra González Azilu solía
decir que cuando improvisas sin pensar tocas algo que has escuchado
anteriormente. La improvisación se trabaja. Los temas más rompedores, los más
bulliciosos, se programan. Y si no practicas la teoría se trata de pura
decoración, y de esquizofrenia.
Toda la logística de este disco de BBBB, la producción intelectual y ejecutiva, ha roto con el
sistema actual de representación de la escena musical. Aquí no hay
sustituciones, no existen las suplantaciones. Así como cuando la amatxi cocina
para la ocasión patas de cerdo los mismos se convierten en patas de cerdo
caseras, este disco de BBBB es un
trabajo vanguardista –la vanguardia no es nada sin la retaguardia– de una red
física que se ha ido tejiendo durante los últimos meses en Iruñerria. No hay concierto alguno sin second line. Si alguna vez se han
difuminado las fronteras entre primeras y segundas personas, este caso se trata
de una de ellas. Las primeras y segundas personas tienen un mismo ánimo
musical.
Broken
Brothers: 24 pies, 12 labios,
amigos, banda de metal de nuestra tierra en el negro Atlántico. La troica tiene
intervenida al Gobierno de Navarra. La
CAN no dispone de oficinas: solo en los
libros puede saberse respecto a la Caja de Navarra. Al este de BBBB no se
encuentra Petilla de Aragón. Los vientos de BBBB llegan de Haití, y seguirán
hasta la orilla este del Mediterráneo.
La
revolución de octubre de 1917 ha sido vista como respuesta a la masacre de 1871
contra la Comuna de París. Pues cuando la Comuna de París alcanzó el poder los
revolucionarios realizaron un acción sorprendente, quemaron la guillotina. El
disco más político de BBBB es una fiesta.
Hedoi
Etxarte