Juan de Diego & GREBALARIAK (los huelguistas)
El inquieto y prolífico trompetista bilbaíno Juan De Diego está de vuelta en festival de jazz de Getxo con su último proyecto y eso es siempre buena noticia para los amantes del jazz intrépido, elegante y rebosante de matices que siempre destila. Grebalariak (los huelguistas), grabado en esta ocasión en un novedoso formato nunca utilizado por Juan hasta ahora, de cuarteto acústico (piano, contrabajo, batería y trompeta) no es una excepción y añade un punto de reposo en sus composiciones y ritmos que permite apreciar en detalle la delicadeza con la que se entretejen las melodías en un colorido y hermoso tapiz de sonidos. En un registro de be-bop de hechuras clásicas, construido con una vivacidad que sabe más, mucho más, a puro disfrute en la exploración personal de sus infinitas posibilidades que a mera recreación nostálgica.
Grebalariak (los huelguistas) está basado en 10 composiciones inéditas del propio Juan y cuenta con la aportación de tres soberbios y solicitados artistas: el pianista Toni Saigi, el contrabajista Masa Kamaguchi y el baterista Ramón Prats.
Juan de Diego, afincado en Barcelona desde 1993, ha formado parte tanto en liderazgo solitario como compartido, entre otros, de proyectos como Freaky trío, Juan de Diego Trío, Juan de Diego Trakas, DEDIEGO BROTHERS y ha actuado y grabado junto a Benny Golson, Nicholas Payton, Jesse Davis, Frank Wess, Perico Sambeat, Jeff Ballard, Armando Manzanero, Olga Guillot o Ruper Ordorika.
Grebalariak (los huelguistas) no olvida las inquietudes sociopolíticas que siempre empapan los discos de Juan, y en este caso remite al 100 aniversario de la huelga general de La Canadiense en 1919. Gracias a ella se instauró, entre otras cosas, la jornada laboral de 8 horas, y la propia canción Greba está dedicada a esas personas que lucharon y dieron su vida por ello. Tampoco olvida dejar un pequeño guiño a Jack Johnson y las nefastas consecuencias de su sonado triunfo sobre el campeón blanco de boxeo en la comunidad afroamericana. Convertido así en un símbolo de lucha al que ya remitió el gran Miles Davis en su momento con un disco de tributo y cuyos ecos resuenan en los bellos fraseos de la trompeta de Juan.
Homenaje, compromiso y puro placer sonoro.
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