Los procesos extremos de industrialización y post-industrialización del Alto Deba (Gipuzkoa) donde han vivido, han hecho mella en ellos y así se transluce en el disco: estructuras, piedra, hierro y paisajes vacíos son la tónica. Por otra parte, las mismas preguntas que “la ballena engullió” en el pasado han vuelto a salir a la superficie y son protagonistas de las letras. De hecho, las personas están abocadas a adaptarse a los cambios, y el miedo y el deseo son unos de los ejes de Adi Holden.
En relación a la música, Adi Holden recupera el espíritu rompedor de la década de los 90, que atravesó los límites del pasado y abrió otros modelos. Para ello, se mueven en las aristas de la melodía y la intensidad, con valentía, pero con el riesgo y la amenaza interiorizados. Pop-rock, noise y post-rock son sólo etiquetas, pero a la hora de citar algunas bandas que nos traen al recuerdo, no podemos dejar de nombrar a Cancer Moon, Ama Say, Ironic Cancer Phobia, Screamin Trees, Sonic Youth y demás.