Ehungarrenean hamaika
10 €
Canciones
1. Gari : Bertso zarrak
2. **Eñaut Elorrieta** : Mendigoixaliarena
3. Mikel Urdangarin : Loretan
4. Rafa Rueda : Kanta ariña
5. Jabier Muguruza : Zelayetakua
6. Txuma Murugarren : Arrotzak
7. Francis Diez : Jardetsi-Eziña
8. Xabier Montoia : Liparra
9. Anje Duhalde : Otsokorena
10.Xabi Strubell : Neskatxu gorrixka bati
11.Petti : Amayur gaztelu baltza
Textos
BERTSO ZARRAK
Gari
Versos antiguos
Qué poco hace falta en esta vida.
La felicidad cabe en un vaso de vino,
En el canto y en el goce del amor.
Cantar, escanciar, beber,
Tendidos como amantes.
Reír, robarse besos furtivos,
Dejando que caiga la tarde.
El mundo rebosa de esplendores
Nada comparado con el que encierra
Tu cuerpo de mujer morena.
2
MENDIGOXALIARENA
**Eñaut Elorrieta**
Del Mendigoxale / Dedicado a Kepa Basaldua
(Mendigoxale, quiere decir, literalmente, montañer@. En realidad el título hace referencia a la organización nacionalista vasca Mendigoxaliak, a la que perteneció el propio Lauaxeta).
Diez jóvenes caminan ágiles por el monte todavía húmedo, la ikurriña libre al viento, que es como la quiere el autor. Acompañados de sus bastones, cantan: Hay que darlo todo, por la libertad tan amada ¡hay que darlo todo! Luego, silencio sobre la tierra de Euskadi.
En el paisaje se dibuja un bosque en llamas; a lo lejos brilla un mar de plata. El grito de esa juventud, dolorido, es el grito de un pueblo que reclama con nervio un amanecer de libertad: Hay que darlo todo, por la libertad tan amada ¡hay que darlo todo! Luego, silencio sobre la tierra de Euskadi.
Los jóvenes siguen monte arriba, cantando y ondeando banderas. De pronto, en la niebla, suenan varios disparos. La hierba se tiñe de rojo. Las palomas huyen asustadas. Diez jóvenes en su mejor edad, muertos. En la paz del atardecer alguien sigue cantando: Hay que darlo todo, por la libertad tan amada ¡hay que darlo todo! Luego, silencio sobre la tierra de Euskadi.
3
LORETAN – En flor
Mikel Urdangarin
Utilizando de manera magistral los recursos estilísticos de la lengua, el autor vuelve sobre el tema del enamorado que ronda de noche bajo su ventana a la amada, a la que canta su pena de amor. Por encima de otras consideraciones, en este poema Lauaxeta alcanza uno de los momentos cumbres de su obra, en cuanto a musicalidad y expresividad de la lengua se refiere.
- **KANTA ARIÑA**
Rafa Rueda
Este poema entra de pleno en la temática del carpe diem. El autor pide que la bebida le moje los labios. Ansioso de belleza, quisiera emborracharse para siempre. Si bien él ve que todavía su cuerpo está en la flor de la juventud, todo alrededor parece ir demasiado de prisa. Así que mejor, dice, echarse sobre la hierba y beber: *¡Bebed muchachos!*, no dejéis que se os sequen los labios. Aunque lo que estos desean sean el beso de otros labios. ¡Bebed!, grita el poeta, que los años se van de prisa. Si hemos de perder la juventud, que sea en el fondo de la jarra.
5
ZELAYETAKUA – En el campo
Jabier Muguruza
Con una cadencia y musicalidad extraordinarias, en esta composición Lauaxeta se recrea en el tema de la muchacha que en apariencia va al campo en busca de flores, aunque en realidad vaya en busca de su amado, que le invita a reír y a gozar de su amor. Ambiente bucólico, de chistus y tamboriles -a los que el poeta pide que suenen despacio-, de hierba mecida por el viento y petirrojos cantando desde la rama de un árbol.
6
AROTZAK – Los dos carpinteros
Txuma Murugarren
En esta composición Lauaxeta recrea el tema de los dos carpinteros, joven el uno, viejo en otro, que trabajan al unísono. El primero construye una cama y el segundo prepara un ataúd. El poeta los observa mientras se afanan en su obra, y se dirige a cada uno de ellos. Pide al joven que finalice la cama, para poder disfrutar de ella con su amor, y al viejo le pide que no tenga prisa por terminar el ataúd. Al final el destino, fatal, altera el orden de las cosas.
7
**JADETSI-EZIÑA – Anhelo inlograble**
Francis Diez
En un ejercicio de métrica en el que sobresale, una vez más, la musicalidad de la lengua utilizada por el poeta, éste se mueve entre el deseo de los labios de la persona amada, de sus besos, que son como pétalos de rosa en plena primavera, y la imposibilidad de acceder a ellos. Va, como mariposa, acariciando flores, pero se le niega besar la que más desea.
7
**JADETSI-EZIÑA – El instante**
Francis Diez
El autor vuelve al motivo del Carpe diem. La sombra de las nubes blancas corre sobre el campo, y sin embargo cada vez está más cerca de sentir el aliento de la muerte. Solo le queda pedir caricias y besos, gozar del instante de la rosa, y olvidarse del mañana, en el que nadie sabe si los amantes se seguirán deseando. Vivir el momento, sin ni siquiera preocuparse por guardarlo en el recuerdo, dice el poeta.
9
OTSOKORENA – El romance del lobezno
Anje Duhalde
El lobo quiere cruzar el río, para devorar las ovejas que pacen en la otra orilla. Pretende hacerlo en barca, sin pagar en dinero, a cambio de decirle tres verdades al barquero. Verdades que no son más que otras tantas evidencias. La primera, que la primavera es mejor que el invierno, la segunda, que la barrica no persigue al borracho y la tercera –una vez que ya el lobo ha cruzado a la otra orilla-, que pasando así a los viajeros, sin más peaje que estas verdades, nunca se hará rico.
10
**NESKATXU GORRISKA BATI – A una pequeña rubia**
Xabi Strubell
Como el mismo título indica, el poeta canta una muchacha rubia, que salió al campo y del que no ha vuelto. El poeta recrea el paisaje, además de la luz y el color de la escena, buscando el contraste que resalte la pérdida del objeto amoroso, en una composición de absoluto aire naif.
11
AMAIUR GAZTELU BELTZA – Amaiur, negro castillo
Petti
Lauaxeta toma como motivo de este poema la invasión de la Alta Navarra por parte de las tropas de Fernando de Aragón, y el sitio del castillo de Amaiur, allá por el 1521.
Dividido en tres partes, en la primera el poeta recrea el momento en el que doscientos caballeros leales se disponen a defender el citado castillo de Amaiur, último bastión de los defensores de la independencia del Reino de Navarra al sur de los Pirineos. De pronto el horizonte se puebla de extraños.
En la segunda parte el autor recrea el asedio del castillo por parte del conde de Miranda, a quien acompaña el traidor –así lo denomina- conde de Lerín, a quien el narrador desea que le devoren los perros. Comienza la lucha. Defendido por doscientos guerreros, el castillo parece inexpugnable.
Sin embargo finalmente caen las torres, y los pies de los muros derruidos de Amaiur yacen doscientos cadáveres. “En Navarra –dice literalmente el poeta- ya no hay patria”, queriendo significar la pérdida de su independencia, que en el contexto en el que se escribió el poema –durante la Segunda República- venía a ser un lamento porque los apoderados de los municipios de la Alta Navarra –en una decisión todavía discutida hoy en cuanto a sí votaron aquello para que se les había apoderado, o algunos cambiaron el voto por cuenta propia- no apoyaron el Estatuto de Autonomía, susceptible de acoger a los cuatro territorios históricos vasco-peninsulares.