10 temas compuestos por Marco Martínez y grabados en Enero de
2021 en el Meidinerz Jazz Club de Gijón, entre los que además del fraseo
omnipresente y majestuoso de su guitarra, voz y samples encontraremos a Horacio García al contrabajo y Pier Bruera a la batería como trío
básico, además de las colaboraciones puntuales de Eladio Díaz al saxofón, César
Latorre al piano y Fernando Arias a la percusión.
Acompañados de un exquisito diseño gráfico de la artista franco-belga Marie
Lavis, colaboradora habitual del Festival de Montreux, para terminar de
redondear una obra que destaca con un fulgor especial en el amplio catálogo de
Errabal Jazz. Uno de esos discos en apariencia anecdóticos, que nacen a modo de
apéndice o acompañamiento de una obra de mayor calibre y terminan generando un
nuevo ser, cómplice y a la vez ajeno a la obra que lo inspiró. Haciéndonos
dudar incluso que fue creado antes y qué después. Un extraño mundo, ajeno al
tiempo y el espacio, sin duda.
Marco, titulado Superior de Jazz por
el Centro Superior de Música del País Vasco-Musikene, profesor de la Escuela de
Música Moderna y Jazz de Oviedo y director pedagógico del Seminario de
Improvisación de Siero, ejerce la docencia desde 1994, y ha desarrollado una
intensa labor jazzística en grupos propios como Quatro Jazz Quartet, Marco
Martínez Special Trio y colaborando además entre otros con Conexión 4tet, E. D.
Hip Hop Experience, Cinema, Eladio Díaz Control Z, Mapi Quintana y Joaquín
Chacón. Aunque no fue hasta 2019 que editó su primer disco como líder, también
para Errabal. Signo de que su más preciado tesoro lo ha ido amasando poco a
poco con toda la sabiduría recogida durante este periplo para desplegarlo en su
más profunda y emotiva expresión (hasta la fecha) en NOI. Trio básico, tres simples letras, iniciales de tres
personajes, que despiertan a un nuevo mundo y crecen ante nuestros ojos y
oídos, atónitos y fascinados, incapaces de descifrar las claves de su
arrebatadora belleza.
NOI parte del jazz, tiene el poso del
Pat Metheny más elegante, pero crece con las escuchas, se funde con las
imágenes que lo alimentan y las que sugiere y termina sonando únicamente a
Marco Martínez, o a cualquier otra cosa que nosotros queramos imaginar y
ponerle por nombre. Un mundo en sí mismo. Un disco para siempre.
