Malcolm meets Scarpa se edita en formato vinilo + cd, con un esmerado diseño gráfico y una cuidadosa selección de temas que revisan de manera pormenorizada buena parte de las múltiples etapas del autor. Desde su comienzo con Le Vals Hot y su psicodelia pop, el intimismo de “There´s a story going on” y la oscuridad de “Frank the butler did it”, el disco transita plácidamente hacia el surrealismo de “Eva”, cantada en castellano, y la hermosa y melancólica “I´m ready for the things to come”. “No place for Jolie” vuelve a la psicodelia precediendo a la inconfundible influencia vocal de Ray Davies en “Baby Jane”, mientras que el atormentado espíritu de Brian Wilson sobrevuela “Pedal Point”. Malcolm pone de manifiesto su ya legendaria heterodoxia con “Closing down a chapter” para después volver al pop con mayúsculas en la incontestable “Why should I be sad” y llevarnos hasta la instrumental “The Bells”. Aunque nunca se llegó a publicar, “A Little Castilian town” forma parte del grupo de canciones que Malcolm había seleccionado para ser editadas que ahora ve la luz: puro pop plagado de hermosas armonías vocales. “Northern sea” nos traslada a los sonidos de California. Malcolm experimenta con ritmos y armonías imposibles en “Getting used to lose” para subir el volumen de intensidad emocional en “Keep in mind”. Siempre en busca de las notas singulares, Malcolm nos regala “Bachelors of gold”, reinventándose en clave de jazz con la instrumental “A Rose for J. Monterose“Resume speed” juega bajo la influencia de unos primigenios The Kinks para deleitarnos con su inconfundible sello en “There´s a candy store” una vez más en busca de formas imprevistas. Un salto mortal hacia lo desconocido es la instrumental “The perennial burial” mientras “A garden on my mind” en clave de psicodelia pop, es otro de los cortes elegidos en su momento por el propio Malcolm y que nunca llegó a editarse. El madrileño nos mece suavemente bajo el influjo de sus guitarras en “A quiet lullaby”, tarareándonos al oído “Ezozi´s home”. “Asomado al patio o a la luna” abre nuevos paisajes bajo la sonoridad de la guitarra española y la voz como simple elemento de acompañamiento, mientras el cinematográfico piano de “Days gone by” deja patente el amor de Malcolm por el séptimo arte. La exquisita “I´ll never find a girl like you” transita a medio camino entre The Byrds y The Beach Boys. Disonante y delicada suena “Lady Algidol” mientras “Boy comes around” retoma el mejor espíritu de la música de los sesentas. Esta magnífica y extensa selección de canciones concluye con Malcolm en su máxima expresión creativa; la atmosférica “Three little flowers” con y la instrumental y onírica “Sound wave”.
Malcolm Scarpa realizó estas grabaciones en casete y en su propio domicilio. Por ello en alguna de las canciones la masterización no ha eliminado algún «defecto de sonido» que sin afectar a la calidad musical, añade un poso de autenticidad al álbum
Malcolm meets Scarpa no es tan solo un trabajo para iniciados, por el contrario, además de dispensar la oportunidad de desvelar la figura de este compositor, cantante y guitarrista madrileño a todos aquellos que no le conocían, nos propone un estrecho acercamiento a la música con mayúsculas, el artista consigo mismo y la honestidad de su arte, libre, sin barreras. Un disco que perpetúa el legado de un artista único e irrepetible.
Inclasificable tal vez sea el adjetivo más apropiado a la hora de definir musicalmente a una figura de la talla del genial Malcolm Scarpa. Un artista que personifica un tiempo que ya no es, una época en la que casi todo era posible. Pionero de sonidos imprevistos, pintor de escenas costumbristas, introvertido e irónico a partes iguales. Un genio musical por descubrir para la mayoría que siempre abogó por ejercer el derecho a mantenerse libre ante cualquier circunstancia; alejado de modas y tendencias, con la única premisa de ser fiel únicamente así mismo, a su música, a su arte y sobre todo, a su particular visión del mundo.