El grupo Teresa Zabalza 5ET en directo

julio 18, 2005


El 22 de julio se cerró el ciclo de los viernes del Espolón, organizadas por el Ayuntamiento de la localidad, con la colaboración del bar Zuhaizti. Las actuaciones -como ya viene siendo habitual- han girado alrededor de estilos cercanos al jazz y por el quiosco de la plaza han pasado grupos y músicos como Asstrio, Laia Cagigal, Tres Hombres, Gonzalo Tejada o Iñaki Salvador.
Euria, el trabajo con el Teresa Zabalza se estrena en el campo discográfico incluye 10 canciones. Todos los temas del disco están compuestos por Teresa excepto el bolero de Alejandro Mingot, guitarrista del quinteto y Sencillos deseos , el tema al que pone voz Carme Canela con letra de Gioconda Belli.

Es un disco muy variado, no sé si se puede encasillar en el jazz, porque tiene un poco de todo: desde un cha-cha-cha hasta ritmos más modernos, pasando por el swing o una canción de amor, dice Zabalza.

Teresa Zabalza, nacida en Pamplona en 1972, estudió clásico, pero pronto exploró nuevos campos musicales hasta acabar en el jazz. Hice la carrera de piano Clásico en el conservatorio Pablo Sarasate, pero conforme estaba acabando la carrera me tiraba cada vez más el tema del jazz y empecé a combinar esos estudios con otros en una escuela de Donosti, Jazzle. Después decidí irme a Barcelona, una ciudad que ha sido siempre y sigue siendo la referencia en el circuito del jazz. Me fui hace ocho años y allí empecé en el Taller de Musics. Lo cierto es que todo me remitía a Barcelona, el lugar que es desde hace años punto de encuentro de todos los músicos vascos de jazz, comenta.

Allí, en Barcelona, se conocieron Teresa Zabalza, Alejandro Mingot, Hasier Oleaga, Iosu Izagirre y Miguel Villar, Pintxo , y allí se grabó el disco Euria , que ha sido editado por el sello Errabal, de la mano de gaztelupeko hotsak. Hace tres años volvió a Pamplona por cuestiones familiares y desde entonces es profesora de piano complementario en el Conservatorio Superior de Música de Navarra.

Teresa Zabalza Quintet surgió antes del disco. Este proyecto lleva circulando un par de años. Curiosamente, a los músicos que forman el quinteto los conocí en Barcelona y también allí empecé a escribir los temas que luego han salido publicados en este disco, comenta.

El disco lo grabamos en el estudio de Jordi Vidal. El productor artístico ha sido Gorka Benitez, un saxofonista bilbaíno que ha conseguido dar al disco un aire muy fresco. Yo no tenía experiencia en grabar y un estudio de grabación impone mucho y él nos ayudo a perderle respeto al estudio, explica. Sobre su banda dice que no es una formación muy habitual en lo que es el jazz, sobre todo el juntar guitarra y piano, porque generalmente sólo suele haber uno de los dos. Yo elegí estos músicos porque me gusta tocar con ellos, no hay líderes, sólo queremos hacer canciones y música. Se nota cierto respeto cuando toca uno y otro.

Reconoce que la música del disco no tiene ninguna pretensión ni hay nada preconcebido. Es muy variado. Somos músicos de jazz y eso se nota, pero en el disco hay de todo. Yo cuando escribo una canción no pienso si va a ser jazz o qué va a ser, y así ha salido, un poco de todo. El jazz me permite expresar mis sentimientos pero a mí me gusta todo, el pop, el clásico, todo en general. Esta joven pianista no duda en afirmar que no es fácil sacar adelante un grupo de jazz, ni en Pamplona ni en otras ciudades. Todos los que tocamos en grupos tenemos que vivir de otras cosas. Nos movemos por pura vocación, porque nos gusta y además tocamos entre amigos y eso es un lujo. Creo que es como un regalo que haya una discográfica que apueste por grabar, pero reconozco que no se pueden tener más pretensiones. Lo mejor de un disco es que te permite moverte para buscar conciertos. Para mí personalmente es como parir un hijo. Ahora puedo decir este CD es mi trabajo, y eso es muy emocionante. Pero sacar adelante un disco de jazz es una auténtica odisea, explica.

El próximo mes de julio estará en el Festival de Getxo presentado este disco pero a pesar de la importancia que da a estos festivales reconoce que tienen pros y contras. Desde fuera puede parecer que aquí hay un movimiento increíble en torno al jazz, pero no es así, En Pamplona, por ejemplo, no hay sitios para tocar y tu agenda de bolos está vacía mucho tiempo y en la mayoría de sitios pasa lo mismo. Además, ahora con las escuelas superiores de jazz, como Musikene o el Conservatorio Superior de Pamplona podría parecer que la cosa va a cambiar, pero no. Por otro lado, el año que viene van a salir titulados superiores de jazz que no van a tener las cosas nada fáciles porque vivir del jazz, como he dicho, es una utopia, me refiero a tocar no a impartir clases.


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