MUNLET publican CAÑON en Gaztelupeko Hotsak, sin duda un disco que llega mas allá. Mas allá, porque este asombroso disco se encuentra repleto de inéditos recursos, de melodías angulares de extraña belleza, de insobornables influencias, de mágico talento que explota en crudo, en fin, de una música inaudita que visten unas letras que están a años luz a como se escribe hoy en día. Cruda crítica social bañada en surrealismo quirúrgico y perspectiva naif, decadencia moral, introspectivismo existencial, hedonismo contracultural, odio, rabia, impotencia, son algunos de los rasgos que marcan canciones como Decapante, Alquitrán, Doctor Muerte o la propia Cañón, una patada en los huevos a la hipocresía que nos rodea. Gemas pop como Mitocondria o Electricidad, contrarrestan con el enigmático ambiente punk funk de Infección o Invertebrado, el tenebrismo de D30, la ficción pulp de Control, el punk de Mundo Infierno, la fuerza de Radial, la contorsión en Tormento, o los ambientes cinemáticos que recorren nuestra espina dorsal en Caníbal Café, y explotan en la serpenteante inquietud de Cuerpos. Canciones, canciones, hay muchas en CAÑON, hasta 15, y no te puedes quedar con una, cada bofetada rítmica te lleva a la siguiente, manteniendo cada tema su propio mundo, su propia temática, su indumentaria sónica que te traslada a sitios diferentes, y a su vez todo cobra sentido en conjunto, como en un viaje que recorre diferentes carreteras pero en un mismo coche. Este paisaje viene vestido por la portada, el diseño, los dibujos, que nos presenta su realizador, Pablo Fermín, genial artista que encaja como un guante en la imaginería de CAÑON.