Un disco efervescente, ecléctico con la elegancia y el sabor de la vieja escuela. Virtudes que se evidencian en temas como el instrumental escrito por Iker Piris, Wilsons theme, aunando Soul, Funk y R&B, para llevarnos hasta el pulso del Jump Blues en Something for nothing, tema original del cantante y compositor Billy Emerson. Considerado uno los más brillantes y creativos guitarristas de los últimos tiempos, Iker Piris firma, The hypnotic stomp, bordeando las fronteras del surf desértico con transiciones jazz de la mano de Fredi Peláez y un sutil sabor latín gracias al trabajo de Andy Martin. Escrita por el trompetista Joe Morris, Shake a hand, además de contar con la colaboración del músico norteamericano Chris Ruest, demuestra tanto las capacidades vocales de Iker como la intención Soul y Gospel del trio a la hora de recrear este mítico tema. Piris firma Cookin´ con la aportación vocal de Chris Ruest de nuevo, una pieza a medio camino del Boogaloo y del R&B más festivo. Con el Blues más estimulante como influencia, transitan Kidney Stew y Pausoz pauso (Wilsons shuffle), mostrando su faceta más ecléctica y mestiza en el Latin-mambo Tristura (Tristeza). Ponen punto final a este primer disco con Ain’t It Funky Now del mítico guitarrista Grant Green, obsequiándonos I love you so de Pee Wee Crayton como bonus track.
Un trabajo que nos traslada a la magia de la época dorada de los organ tríos. A ese tiempo de música hecha con talento y honestidad. La vieja escuela y su elegancia. The Wilsons Organ Trio hacen suya con letras mayúsculas la vieja cita de Jimmy Smith: “El jazz es música sincera, no puedes mentir cuando tocas, porque lo que tocas, es lo que eres”.