Itsas Behera – Marée Basse

La idea de un solo de contrabajo con la vida acuática como tema germinó hace cinco años cuando Surmenian interpretó por primera vez Ama Ur, una improvisación con un looper en el desgraciadamente desaparecido club de jazz Altxerri de Donostia. Entonces quedó claro que su próximo opus tenía que ser una valiente performance para contrabajo relacionada con el agua y el mar. Trabajar solo y con un looper permite al artista trabajar consigo mismo sin compromisos estilísticos y controlando las dinámicas, condición imprescindible para poder utilizar toda la riqueza de timbres y de matices que ofrece el instrumento. Durante el período del Covid, madurando su trabajo con diferentes recursos, empezó a surgir el carácter orquestal de la obra.

En 2022 tuvo lugar una primera representación de Marée Basse en el festival Jazz à Vialas, en Francia. Mientras tanto, el proyecto había sido seleccionado por el aula de cultura de Getxo para la residencia de proyectos musicales, y allí continuó el desarrollo de la música y del texto,  ampliando la puesta en escena con la colaboración de la bailarina Araitz Lasa.

En este disco Surmenian nos regala ocho piezas de contrabajo solista que componen el espectáculo Marée Basse – Itsas Behera, acompañadas del texto incluido en el libreto y un bonus track.

Las composiciones fueron grabadas en directo, sin público y sin estudio en enero de 2022 y en marzo de 2023, en el auditorio del Conservatorio Crisóstomo Arriaga.

Lo que se pregunta el editor: ¿Le gustará al público esta propuesta de estilo inclasificable?

¿No será demasiado clásico para el aficionado al jazz? ¿Para el público de clásico demasiado contemporáneo, y/o para el público de lo contemporáneo demasiado melódico?

Surmenian se atreve a salir del camino trillado  convencido de que su música llegará a quien le guste cualquiera de estos estilos y a quien sepa escuchar sin prejuicio. Sin duda, debemos darle toda la razón.

El papel de protagonista corresponde a un  contrabajo tratado con gran maestría: se disfraza constantemente, los loops se acumulan, se combinan, se desnudan y estiran a modo de capas, en forma de mágicos instrumentistas que sugieren una suerte de escultura sonora tan figurativa como abstracta.

Esta música, en muchas ocasiones minimalista y meditativa, nos invita a cerrar los ojos y olvidar cuál es el instrumento de origen, a mirar al ancho horizonte marino de nuestro interior y a dejar volar la imaginación. ¿Puede haber un modo más bello y adecuado para representar esa inaccesible, incomprensible y a la vez delicadamente frágil anchura de los océanos y de los mares que tanto ama Surmenian?

Deberíamos escuchar Marée Basse como miramos al mar, sin ánimo de entenderlo, tan sólo interiorizando y disfrutando de esa belleza misteriosa que nos supera por completo.

En ese momento deberíamos pensar que no es así, que el mar no es infinito ni inmortal y que estamos matándolo poco a poco con nuestro avaricioso e irresponsable modo de vida. Podremos finalmente ser capaces de escuchar, ver, reflexionar y – aunque sea momentáneamente–, comprender que es posible hacer las cosas de otra manera; que está en nuestras manos. Al estilo de Eric Surmenian, alejándose de las sendas  convencionales y experimentando nuevas vías musicales para disfrute de los oyentes afinados.

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