Sesión pedagógica, reivindicación histórica y
al mismo tiempo experimentación sonora contemporánea, “Euskal Danbolinaren
Aroak” (los ciclos del txistu y tamboril) recoge la actuación de Joserra Senperena y Piter
Ansorena en el Palacio de Igartza de Beasain el 8 de abril de 2021. Dando
continuidad al trabajo publicado en 2006 en “Chillida-Lekutik” y redondeando
una profunda y exhaustiva investigación que les ha ocupado varios meses, este
disco nos ofrece una estupenda oportunidad de degustar sus frutos con toda la
atención que sus delicados matices requieren.
El tamboril o “danbolina”, se refiere a la
combinación de un txistu tocado con una sola mano y de un pequeño tambor que
ese golpea con la otra mano. Originario de algún rincón de la geografía europea
en el siglo XII, se propagó todos los países de entorno en un corto espacio de
tiempo. A lo largo de estos cientos de años ha gozado de periodos de enorme
prestigio y éxito popular y ha sufrido otras etapas sumido en el olvido y el
desprecio más absoluto. A través de un erudito y revelador recorrido histórico
Piter y Joseba, llegan sutilmente al núcleo de cada composición, a su más pura
esencia y al arrullo cálido del piano se nos presentan con una sorprendente
belleza que nos resulta casi ajena. Las 12 piezas que componen el disco son
muestras de ese fructífero diálogo y en ellas podemos encontrar ritmos de baile
de 1872, sofisticadas composiciones de la época de la Ilustración, arreglos
para verbenas y romerías de tiempos carlistas, castos tributos a las
tradiciones vascas y a la moral cristiana y frescos experimentos totalmente
contemporáneos.
La diversidad
colorista y enriquecedora de este disco es reflejo de la sabiduría y
experiencia del dúo. Pero lo más importante y quizás más valioso que aporta, es
su capacidad y talento para irradiar esa frescura inexplicable de quien escucha
o interpreta una melodía por primera vez. Es probablemente esa misma sabiduría y experiencia la que les
permite tejer su diálogo con tan delicada sensibilidad y emocionarnos,
excitarnos y hacernos sentir que esas viejas melodías son, una vez más,
totalmente nuevas para nosotros.
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