Precioso disco

Iturria: B! Ritmos

Eguna: 70/01/01

Cándido Querol

Matabuenapura, Errabal Jazz, 2023

Mónica Matabuena es una compositora y cantante de Getxo y este es su primer trabajo discográfico. Formada en el Conservatorio Superior de Música de Madrid y después de poner su voz en diferentes proyectos, ha decidido mostrarnos su Matabuenapura

, para el disco ha escogido estándares de lo más variado y composiciones suyas. Siempre se agradece una voz en el jazz y más si tiene esa amplitud de gustos musicales.

Para la banda que le acompaña ha contado con músicos del norte y de Madrid

y alguna sorpresa que ya te contaré.

El cuarteto básico lo componen, ella misma a la voz, el asturiano Marco Martínez a la guitarra y ayudando en algunas producciones, el burgalés Miguel Benito a la batería y al bajo el bilbaíno Ander García

.

Ya en el primer tema Delfines voladores (Matabuena) vemos que apuesta por el bajo eléctrico y el Fender del madrileño Jorge Castañeda

. Y para afianzar más todavía el estilo, su voz se dedica a tararear (Scat) sonidos negros muy cuidados que pronto dejaran mucho espacio para que el teclado se exprese con libertad, bien acompañado por la sección rítmica.

En Nora, advertimos que García se ha pasado al contrabajoMatabuena canta una letra que ella misma ha compuesto, al igual que la música. Y ya la guitarra de Martínez se muestra en todo su esplendor. La voz entra precisa en momentos puntuales y deja mucho espacio para guitarra, contrabajo, batería y Fender. Me recuerda a algunas composiciones de cantantes argentinas como Rocío Faks. O yendo más lejos al mismo Spinetta. El siguiente tema es una estándar de todos conocido Blue in Green, la batería de Benito “templa” para que sus compañeros vayan apareciendo, contrabajo y guitarra

se lucen por todo lo alto en esos casi ocho minutos, y de nuevo la voz aparece cuándo debe, majestuosa pero con todo el respeto que merecen sus compañeros.

Ahora mismo (Matabuena) un giro interesante, como una canción pop que te atrapa enseguida, las primeras estrofas te seducen y quieres cantarlas. Pero de nuevo la guitarra de Martínez

vuelve a entrar segura, pero no te confíes, unas palmas te muestran un nuevo tempo y tienes que estar atento a cualquier sorpresa.

Un gran beso (Ae fond Kiss) nos vamos hasta Escocia para que una balada preciosa nos muestre cómo se maneja Matabuena en un nuevo desafió. Y otra grata sorpresa, la trompeta del magnífico Chris Kase (siempre muy vinculado a la escena de Euskadi) sabe poner esas notas precisas con su temple envidiable. Pero de todas formas, aquí sí que la voz de Mónica Matabuena

está por encima de todos o mejor dicho, los músicos saben para quién están trabajando.

Nana (Matabuenabateríacontrabajo y guitarra preparan un paisaje dulce para que la voz de Matabuena

pueda explayarse, ahora el texto (que se desplaza por difíciles meandros) no admite altibajos, pero encaja con precisión demostrando un gran trabajo de arreglos que nunca es fácil. Uno de los temas más difíciles para la voz.

Otra sorpresa, Ojos verdes. Ha sabido Matabuena

huir del “operismo” de algunas voces que todos conocemos, y ha arriesgado en momentos que nadie lo hace, en cambio en el estribillo, una vez más ha dejado que se luzcan los músicos y ella simplemente ha respetado el texto que ya es bonito de por sí.

Para terminar Cuélame en tu habitación, otra composición suya, en que empieza a capella (la batería le ofrece un apoyo casi de martinete) y ya la guitarra le acompaña (como acompaña Frisell a Vinicius Cantuária) y a uno le dan ganas de colarse también en esa habitación tan dulce, para seguir escuchando este precioso disco ¡Qué bonito sería escucharlo en directo y que difícil que estos grupos rueden por las salas de todo el país!

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